2025/263º FeferaciónNoticiasResultados

Balona: empate y gracias

  • Los linenses, sin fútbol, se estrellan en el criterio del Ciudad de Lucena y abandonan la zona de play-off antes del parón liguero.
  • David Sánchez: Fue un partido muy igualado, pero no ofrecimos nuestra mejor versión.

Empate… y mucho es. Una Balona decepcionante dejó pasar la oportunidad de rentabilizar el traspiés del Bollullos y acercarse al liderato. Firmó unas tablas harto generosas para ella con el Ciudad de Lucena, de largo el mejor equipo al que se ha enfrentado desde que dio con sus huesos en esta raquítica Tercera Federación. Los linenses carecieron de centro de campo ante un rival con oficio y buenas maneras que persiguió el triunfo hasta el último segundo. Algo que se echó en falta en los de casa, que, en penitencia, se van al parón liguero fuera de los puestos del play-off. Ojito que a lo tonto, ya ha pasado un tercio de la competición.

Si alguien pensaba que la Balompédica iba a pasearse por la categoría por escudo, por historia, por estadio… se dio un baño de realidad en el duelo de los albinegros con el Ciudad de Lucena. Una Balona huérfana de fútbol, de control, se topó con un rival con criterio, que estuvo a puntito de sacarle los colores. El empate final fue lo mejor a lo que pudo optar la escuadra de La Línea. Casi seguro que en el autocar camino a casa, los celestes iban rumiando que habían dejado pasar una oportunidad de oro para dar el golpe en la mesa. Pero al final lo que cuentan son los goles, no los méritos.

Apenas diez-doce minutos le duró a los de David Sánchez la efervescencia inicial. No es que hubiese grandes ocasiones, pero al menos empujaban al equipo aracelitano hacia su marco. Los cordobeses se rehicieron pronto y quitando un fuera de juego más que dudoso que acabó en gol cuando la acción ya estaba invalidada (17’), de los anfitriones poco o nada se supo hasta el descanso.

Tampoco es que el Ciudad de Lucena fuese una apisonadora, pero con Nacho Fernández dando una lección de cómo se dominan los tiempos del juego, canalizándolo todo, se adueñó del esférico y cortocircuitó a una Balompédica que echaba de menos a un Achalew Sanmartí que no se encontraba ni a sí mismo. Balón que tocaba, balón que perdía.

Fruto de ese control/dominio estuvo a punto de llegar el 0-1, ya en el tiempo añadido. La zaga se dejó robar el esférico y Diego Canty encaró a Antonio Hermosín. El portero fue más listo, también más valiente, y se metió entre las piernas del atacante para arrebatarle el esférico cuando éste pretendía sortearle para anotar a puerta vacía. Literalmente, salvada por la campana, porque de inmediato llegó el descanso.

Más de lo mismo

Tras el intermedio el Ciudad de Lucena cambió el dibujo y tardó un poquito en ajustarse. Ese ratito en el que otra vez la Balona fue mejor. Dio la sensación de querer ganar a toda costa. Un par de centros con peligro, un remate muy bien intencionado de Pepe Rincón que se topó con un defensa… y poco más. Las escasas ideas de la escuadra de casa se fueron diluyendo. Era a incapaz de hilvanar cuatro pases seguidos. Así que el rival recuperó el balón y el control.

Para tratar de poner solución, David Sánchez hizo tres cambios de una tacada. Los que salieron del banquillo no fueron capaces de revertir la situación. Si acaso algún apuntillo de Zaki, que entró más tarde en el sitio de Juaniyo, que no lo estaba haciendo mal.

Para que nada faltase, el árbitro isleño Alfredo Vázquez Hidalgo consiguió poner fuera de sí a los dos equipos. Hubo un rato en el que parecía pitarlo todo al revés. Y tarjeta va, tarjeta viene. El nivel de este mal llamado colectivo es todavía peor que el de la categoría en su conjunto. Y encima cuando vienen a La Línea, los árbitros se envalentonan. Al final la culpa de soportar estas cosas solo la tiene la Balona, no los que están ahora, sino la institución. Por haber llegado a este subsuelo del fútbol que en tantos aspectos se le queda pequeña. Pero en la que futbolísticamente aún tiene que demostrar su jerarquía.

Aprietan los visitantes

En el tramo final el Ciudad de Lucena olió la sangre y se fue a por la victoria. Incluso subió a un central a ver si enganchaba un cabezazo. A la Balona o le faltaba el arrojo o las fuerzas. O las dos cosas. Así que se parapetó para no perder lo que ya tenía.

Por dos veces acariciaron el gol los forsteros. En la primera la salida de Antonio Hermosín obligó a Aceituno a escorarse y cuando pudo golpear los defensas se la ingeniaron para abortar la ocasión. En la segunda, el guardavallas achicó tanto a Jesús Martín cuando este se quedó solo que acabó por interceptar el disparo. Los abrazos de los compañeros al meta albinegro estaban más que justificados. Y eso que al principio lo discutieron. Por medio, Zaki intentó una frivolidad desde la línea de fondo, pero era prácticamente imposible que que acertase con el marco.

Al pitido final lo acompañó más de un suspiro en la grada. El empate permite a la Balona seguir hablando de su extraordinaria racha -diez jornadas sin perder- pero la sitúa fuera del play-off. Poco bagaje para un equipo que tiene el privilegio de que le vean jugar en esta categoría más de 2.600 espectadores. Pero lo dicho, ni esos ni el escudo ganan los partidos.

error: Content is protected !!