2024/252º FederaciónNoticiasResultados

Don fiasco

  • La Balona saca a pasear todas sus carencias y cae con justicia ante el modestísimo Don Benito.
  • El albinegro es un conjunto triste, que no trasmite y que encaja además con una facilidad escandalosa.
  • Rivera debilita con los cambios a su equipo, que recibe el tanto de la derrota en el 95’… ¡En un saque de esquina!
  • Miguel Rivera: «Tenemos que pedir disculpas, no estamos a la altura».

Lo único bueno que deja este Balompédica-Don Benito es que ya puede hacer un diagnóstico cierto: esto que le sucede al equipo de La Línea no es una casualidad. Después de cinco jornadas la Balona, construida para pelear por los objetivos más ambiciosos, está en puestos de descenso. Y está por méritos propios. Por deméritos más bien. Porque es equipo triste, que practica un fútbol de mentirijillas que no conduce a ningún sitio. Por eso hilvana cuatro jornadas sin vencer. Valieron los paños calientes cuando lo del San Fernando, al que la propia Balompédica hizo parecer el Manchester City y que, sin ir más lejos, este domingo ya descarriló en Linares. Fue ensalzado el empate en Cartagena con la Deportiva Minera por aquello de jugar media hora con uno menos. Pero no fue más que un espejismo y la derrota ante el Don Benito no tiene atenuantes. Ni siquiera las bajas que a veces parece que falten Messi, Cristiano y Ronaldinho. Perder 2-3 en el 95′ ante uno de los modestos/modestos del grupo, en un córner (otra vez en un córner) que nunca debió concederse y en el que remata casi a placer un tipo de 40 años como Lolo Pavón no es para hacérselo mirar, es, sencillamente, inadmisible. Como poco, para que alguien pida perdón. Más que justificados los reproches de la grada al final porque esta Balona es de todo menos Recia. Corto se quedaron los cabales, que escribía el añorado Reinaldo Vázquez.

La agonía en la que vive sumida la Balona desde agosto de 2022 se eterniza. Después de un verano de prometérselas muy felices el fiasco se repite. Lo que se debe estar riendo Alberto Achirica. El del Don Benito es uno de esos partidos que hay que ganar sí o sí. Para restañar la credibilidad, para aumentar la autoestima y, sobre todo, para que tenga reflejo en la tabla. De los últimos cuatro partidos los de La Línea han rescatado un punto y han encajado ocho goles. Lo dicho, no puede ser una casualidad.

El partido ya empezó torcido. En el dibujo ideado por Miguel Rivera el costado derecho estaba casi huérfano, de manera que Fran Serrano, un central reconvertido a lateral por las circunstancias, se supone que debía hacer poco menos que de carrilero. Extraño, muy extraño. En cualquier caso poco productivo, entre otras cosas porque hacía de su equipo un bloque previsible, que se empeñaba en cargar el juego por la banda izquierda.

Como además a perro flaco ya se sabe… todavía estaban los dos equipos estudiándose cuando un balón cedido atrás por Carlos Cano con nulo peligro se le indigestó a Álex Lázaro al querer pararlo con los pies. Tanto que acabó en su marco. Uno de esos goles que se encuentran en Tik-Tok con música bucólica de fondo.

La Balona era un flan y en el 24′ Antonio Vera estuvo a punto de hacer el 0-2, pero su disparo se marchó fuera, como si quisiese darle intriga al asunto. En el 34′ en el segundo acercamiento con peligro de los locales llegó el empate. Sergio Chica se escondió entre los centrales y resolvió el mano a mano como si fuese un delantero. Era el primer gol en acción dinámica de la Balona desde que comenzó la temporada, que además ponía fin a una racha de 296 minutos sin anotar de los albinegros. La cifra habla por sí sola de lo que está siendo este arranque liguero.

Un equipo sin fútbol, triste

Pero el equipo de casa no tiene fútbol. Echa de menos un ocho que marque los tiempos. A ver si Ale Hernández puede resolver esa carencia cuando acabe de ponerse bien. Tampoco es capaz de aprovechar esos momentos en los que el rival titubea. Así que en el 44′ primero dejaron centrar casi a placer a Antonio Vera y después rematar a Borja Domingo en una posición extraña. Es verdad que pudo sorprender, pero un poquito de oposición por parte de Fran Moreno no hubiese estado de más. La jugada es el reflejo de esa falta de intensidad que se palpa en los linenses.

En el 46′ se pudo liar. El árbitro anuló, con toda justicia, un gol por fuera de juego al visitante Borja Domingo. Pero por un lado el despiste defensivo era mayúsculo. Y por otro hubo hasta quien se levantó de su asiento para marcharse, cansado de tanta mediocridad. Acabaron por volver a sus asientos.

Aun así el fútbol fue generoso y permitió a la Balompédica volver a empatar antes del descanso. Una falta botada por José Antonio, reconvertido ahora a enganche entre el centro del campo y la delantera, permitió a Jack Harper anotar de cabeza.

El Don Benito estaba haciendo exactamente lo que se espera de él. Un equipo que juega con fuego, que participa en partidos con muchos goles y que aprovecha bien sus ocasiones, pero también concede mucho. La Balompédica… bueno, ellos sabrán.

El segundo periodo fue una oda a la impotencia del conjunto de casa. Tuvo el balón, pero le falta creatividad, ideas, mordiente, pundonor y no se sabe cuántas cosas más para desarbolar a uno de los rivales más vulnerables del grupo, que además perdió a dos hombres por lesión por el camino. La Balona es un equipo triste, que no transmite. El de todo menos Recia.

Por si fuera poco Rivera volvió a realizar esos cambios que seguramente él tiene muy claros, pero que desde fuera suenan casi a disparate. Lo primero que hizo fue prescindir otra vez de Alberto Fuentes en el descanso, que es que parece (que por descontado que no es así) que la ha tomado con el de Algeciras.

Y sus dos últimas sustituciones… Con solo diez minutos por delante se ve obligado a prescindir de Fran Moreno porque se le subían los gemelos. Y da entrada a Ale Palanca. Hombre por hombre. ¿Hubiese pasado algo por hacer un cambio un poquito ofensivo a ver si se podía ganar? Y para colmar el vaso quitó a Harper, su único nueve, el que podía enganchar un balón aéreo cuando quedaban cuatro minutos. Por muy cansado que estuviese el hispano-escocés ¿diez minutillos más no podría haber estado en el césped? Y ya si hace falta que no entrene hasta el jueves.

Dos veces avisaron los calabazones en el añadido de sus aviesas intenciones. En la primera Álex Lázaro sacó una mano certera en un disparo de Salas que amenazaba con colarse por su escuadra. En ese saque de esquina Matheus remató muy cerca del marco. Y tanto fue el cántaro a la fuente que en la tercera Lolo Pavón se aprovechó de la inacción de Sergio Chica, que debió pensar que el partido ya estaba finalizado, para cabecear a la red.

Luego, otra vez los reproches, los silbidos, el malestar. Un ciclo que parece no acabarse nunca y que ya cansa. Porque es muy complicado asumir que este equipo con el que todo el mundo quiso ilusionarse es también un fraude como el de la temporada pasada. La pregunta es si realmente tiene el nivel que está ofreciendo o si el entrenador se está viendo sobrepasado y es incapaz de poner pies en pared. Lo que resulta incomprensible, porque más de la mitad de la plantilla fue elegida por él, pero a ratos es lo que parece. Y mucho.

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