Se acaba el crédito

• Una Balona sin profundidad, incapaz para generar nuevamente, cede una victoria nuevamente fuera de casa.

• Antonio Calderón: «Creo que nos faltó lo que nos falta siempre, el gol».

Tras la victoria cosechada la semana pasada por la mínima (1-0) frente al C.D Marino, colista del grupo, aunque más rodada en cuanto a sesiones de entrenos previas al choque en comparación, parecía un punto de inflexión de una Balona que empezaría a escalar hacia arriba, con un claro cambio de tendencia en los resultados y en el juego, pero la realidad resultaría ser otra…

Los de Antonio Calderón, que salieron desde el inicio con un 4-3-3, con la introducción en el lateral derecho de Óscar Arroyo y de Koroma como extremo izquierdo comenzaron el encuentro teniendo el dominio del balón sobre sus oponentes, en el minuto 6 por medio de una acción desde la banda izquierda, donde Víctor Mena centró al área a Pito Camacho, que con el pecho se la cedió a Luis Alcalde, que estaba justo a su izquierda y remató pero arriba.

Pasaban los minutos y la Balona tenía posesiones duraderas pero les costaba superar el repliegue defensivo del tamaraceite y aun más, llegar a los tres cuartos de campo. No obstante, mediante alguna que otra gran individualidad de Koroma, se conseguía algo de peligro, pero mínimo ya que dichas ocasiones no eran finalizadas a puerta. Podríamos decir que esa fue la tónica hasta el descanso, mucha igualdad entre ambos conjuntos, que tenían la pelota, la tocaban pero no finalizaban o no llegaban al área rival.

En la segunda parte, una buena jugada por banza izquierda del Tamaraceite, donde lograron zafarse de nuestro lateral derecho Arroyo, centraron hacia en punto de penalti para que mediante un fuerte cabeceo a puerta establecieran el 1-0 en la primera y casi única jugada de peligro que hubo por parte del conjunto canario. Tras el gol, continuaría la misma tónica de la primera parte, con una RB Linense que le costaba bastante llegar a la zona de peligro del Tamaraceite por mucho que tuviera posesiones largas.

Los cambios producidos por el míster tampoco surgieron su efecto, ni la entrada de Masllorens ni la de Ñito para dotar de una mayor frescura en el medio del campo, que estuvo desaparecido en el encuentro, surgieron efecto.

En el minuto 82, por medio de una falta botada desde el lado derecho de la zona medular del campo, al área, Carrasco tendría la última ocasión de los nuestros con un leve toque con el pie, pero insuficiente, ya que el esférico se marchó bastante desviado por la línea de fondo.

Con ello, se mantendría el 1-0 hasta el final de un partido, que estuvo muy igualado, que quizás no hizo justicia al esfuerzo que le dedicó la recia en el campo, pero que pone de manifiesto las carencias de nuestro equipo, que a pesar de todo el esfuerzo y trabajo que le pueda dedicar en el campo, la falta de verticalidad principalmente, y la ausencia para crear ocasiones de peligro, les está penalizando muchísimo, y es la dinámica con la que llevamos conviviendo desde el inicio de temporada, la dinámica que hace que estemos ahora mismo por el descenso.

Cada vez son menos los que confían en las bases de este proyecto, pasan los años y aunque el discurso es el mismo, que «si vamos a luchar por estar arriba», «que hay plantilla para conseguir grandes cosas» y demás frases que suenan en verano antes de comenzar la temporada, menos gente es la que confía, así hacen ver su malestar en las redes sociales.

El fútbol es así, da y quita, caer está permitido, pero no hay margen para conceder más, porque si no, nos esperará un final de temporada agónico peleando por no descender. Quedan siete finales, siete finales en las que habrá que ir con todo y sumar de tres en tres si de verdad queremos aspirar a algo más, todavía es posible, pero 2 derrotas más dejarían más que sentenciada la temporada de la balona de cara a la segunda fase del campeonato.