2024/252º FederaciónNoticiasResultados

La Balona suma un punto intrascendente

  • Los linenes, de rosa, mantienen el nivel en defensa, pero ponen otra vez de manifiesto su falta de fútbol.
  • Los resultados de la jornada colocan a los albinegros a cuatro puntos de la permanencia.
  • Conor Ruane se une a la lista de lesionados.
  • Jack Harper, que entra en el 63′, el mejor de los visitantes.
  • Javi Moreno: «Este punto sirve de mucho, sumar fuera siempre es bueno».

La Real Balompédica Linense (que vistió con su indumentaria rosa y negra) saldó su visita a Lorca para medirse al Águilas FC con un empate sin goles, raro, difícil de valorar. Los albinegros, que otra vez se dejaron un lesionado por el camino (Conor Ruane) y parece que de cierta gravedad, sumaron un punto en un campo en el que nadie ha ganado y además firmaron unas tablas que ni mucho menos se pueden considerar especialmente injustas. Aunque quizás en un combate a los puntos los jueces hubiesen levantado el brazo del equipo de casa, que tuvo el doble de ocasiones. Y sin quizás.

Han mejorado y bastante los linenses en el apartado defensivo desde el monumental ridículo de Estepona, pero de medio campo hacia adelante… el eterno debate de la manta. No hay que ser muy listo para ver que no da más de sí en el aspecto ofensivo. No se trata de que no hay remate, sino de que no hay desborde, no hay pases a la espalda que permitan generar ocasiones, que llegan por impulso. Vaya, que no hay fútbol. Y así da para ganar al Cádiz Mirandilla… y de momento pare usted de contar.

La cosa es que un puntito que podría saber aceptablemente bien -porque el rival es bastante mejor de lo que induce a pensar su clasificación- acaba pareciendo poco. Porque esta Balona, penalizada por una falta de calidad alarmante, necesita sumar de tres en tres. Ya está a más de un partido de los puestos de permanencia directa. ¡¡¡De permanencia en Segunda Federación!!! Y es verdad que queda mucho. Muchísimo. Pero esa distancia empieza a presionar a un equipo que no es que ande precisamente sobrado ni recursos futbolísticos ni de fortaleza mental y que al primer batacazo puede empezar a sentir que está en una vertiginosa contra-reloj. Y acabar por despeñarse.

Dos variantes

El míster de los albinegros, Javi Moreno, introdujo dos novedades. Una en la formación, al dar entrada en el pivote a Alberto Martín, que venía de lesión. Junto a él Carlos Cano, un futbolista que tiene alma de central y que ahí no se siente cómodo y aporta poco. Es como insípido.

La otra variante fue táctica. Tiró a João Pedro a un costado y concedió al algecireño Alberto Fuentes la posibilidad de jugar (por fin) en su sitio natural, de segundo punta. No lo hizo mal. Su principal problema fue que el presunto referente arriba, Fran Carbià, castigado por las lesiones que ha ido padeciendo, es una sombra del futbolista del curso pasado. No se supo de él. Cuando el míster le relevó le hizo un favor.

El encuentro arrancó con respeto. O con miedo, como se quiera considerar. El lógico estrés de dos conjuntos confeccionados para estar arriba que se ven caminando por las cloacas de la clasificación. Aunque era el Águilas el que llevaba la iniciativa y en el 15′ llegó el primer desajuste de la Balona, que permitió a Sergio Chinchilla plantarse en situación ventajosa en el área, pero su disparo se fue alto. Replicó enseguida Adri Carrasco, que se tiene que exigir mucho más, pero se topó con Iván Buigues.

Conor Ruane, el enésimo lesionado

Poco antes de la media hora llegó otra mala noticia en forma de lesión a una Balona perseguida por esa especie de pandemia que se ha apoderado del vestuario albinegro. Connor Ruane, en una acción aparentemente fortuita, se vio obligado a parar. Y ojo que no tenía precisamente buena pinta. El míster dio entrada a Sergio Chica, lo colocó en el eje de la zaga junto a Moha Hamdoune (de largo el jugador revelación de la temporada) y envió a Fran Moreno al lateral zurdo. Estuvo más que aseado en esa demarcación.

El último tramo del primer tiempo vino a poner de manifiesto que la Balona entra en pánico en los minutos finales de cada periodo. Sin que el rival hiciese apenas nada concedió dos ocasiones. En la primera Kensly recibió un pase a la espalda de la defensa pero mandó alto. En la segunda el disparo desde el costado de Hyeonjun Park se envenenó y por poco sorprende a Álex Lázaro.

Tras el intermedio salió mejor el Águilas. La Balompédica parecía haberse desinflado. Se agazapó. Antes de los diez minutos ya habían tenido dos oportunidades los de casa. Javi Castedo estrelló un disparo en buena posición en el portero de los linenses y Héctor Martínez el suyo en la parte alta del larguero.

Jack Harper cambia el partido

Pero llegó el minuto 63 y los esta vez rosinegros (¿se dirá así?) dieron un vuelco al partido. Y ese cambio tiene nombre y apellido. Saltó Jack Harper al rectángulo de juego del Artés Carrasco lorquino. Con su sola presencia el escocés de Fuengirola estiró a la Balona, generó dudas en la defensa rival y dio oxígeno a sus compañeros. Es verdad que tuvo una muy clara y la erró, pero al menos la tuvo.

Empieza a antojarse una cabezonada del entrenador desoír a los números y seguir prescindiendo de su único nueve por sistema. Porque si hubiese otro al menos podría caber el debate. Pero la realidad es que la Balona está jugando sin referente arriba (dicho está que Carbià no atraviesa su momento más dulce) y que cuando sale Harper el equipo mejora. Tiene como más criterio. Está como mejor armado.

La realidad es que en eso últimos veinticinco minutos el Águilas ya no estuvo tan cómodo. La Balompédica, que sacrificó alguna tarjeta a cambio de no hacer concesiones, apenas pasó apuros… hasta la última jugada del partido. Que después de lo sucedido una semana antes, hubiese sido para hacerles volver a todos andando.

Los visitantes permitieron a Isi Ros meterse hasta la cocina y cuando parecía que la guillotina estaba a punto de volver a caer, el esférico tomó la decisión de hacer lo que los clásicos llamaban marcharse fuera lamiendo el poste.

El árbitro hizo sonar su silbato y una pila de jugadores acabaron por el suelo. Los de casa pensando cómo hemos podido fallar ésa y los visitantes, de la que nos hemos librado.

La Balona empata y deja la puerta a cero, pero también muchas dudas. La competición avanza y es necesario ganar, ganar y volver a ganar que decía Don Luis. Lo demás son parches.

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