La Balona se pega dos tiros en el pie
- Los linenses, que ganaban en el 80′ regalan los goles después de un triple cambio y vuelven de vacío de San Fernando.
- Jack Harper adelantó a la Balompédica con un golazo nada más saltar al campo (70′).
- Javi Moreno: «Nos hicieron los dos goles cuando más a gusto estábamos».

Dos errores (colosales) en dos minutos y un partido entero que se fue a hacer puñetas. Así de sencillo. La Real Balompédica Linense enlazó en San Fernando su segunda derrota consecutiva, ve alejarse a nada menos que a nueve puntos la quinta plaza y se queda otra vez al filo del temido puesto de promoción. Del todo a la nada en apenas dos miserables minutos. Inmenso castigo el que se autoinflingió esta Balona en un partido en el que hizo méritos sobrados para no perder, pero en el que sus propios yerros y tres intervenciones de muchísimo mérito del exalbinegro Ángel de la Calzada le condujeron a una derrota de esas que suele pasar factura. Por la forma y por las consecuencias clasificatorias.
Hace una semana la Balona cosechaba una derrota ante el Almería B en el Ciudad de La Línea. Polémicas finales al margen, futbolísticamente era incontestable. Había ganado el mejor. Esta vez cayó en San Fernando. A diferencia de entonces ahora lo hizo ante un rival directo en la pelea por la permanencia en el grupo IV de Segunda Federación que con ese resultado le gana el golaveraje, con todo lo que eso puede suponer en una clasificación tan apretadita. En contraste con siete días antes, el enemigo, más que ganar, dejó que la Balona se derrotase a sí misma.
Todos los análisis a tiempo pasado resultan ventajistas. Las más de las veces injustos y superfluos. Pero tres cambios de una tacada de Javi Moreno en el 78’ cuando su equipo ganaba 0-1 se convirtieron en el pórtico primero del empate de los azulinos, en un error en cadena al que puso el acento Álex Lázaro. Después al 2-1, un autogol de Moha Hamdoune de esos que pelean en diciembre por aparecer en los resúmenes de lo más insólito de la competición. La relación causa-efecto entre las sustituciones y lo que sucedió después es indemostrable. Pero como poco, da que pensar.
El primer periodo fue poco menos que un esperpento. Insoportable. Lo natural entre dos equipos que no las tienen todas consigo y no quieren cometer errores. Propio de esta Segunda Federación tan rácana en todos los aspectos que en toda la vigésima jornada solo un equipo (y para desgracia de la Balompédica tuvo que ser el San Fernando) hizo más de un gol.
El conjunto azulino -con el viento a favor en estos primeros 45 minutos- tenía más el balón, pero sin profundidad, sin fútbol, a pesar de las gotitas que aportaba Julio Iglesias. Dos o tres veces se paseó el balón por el área de Álex Lázaro sin encontrar rematador. Eso y una falta en el 36’ que sacó Macías con un poquito de mala leche. Pero poco más.
La Balona apenas se dejó sentir en el área rival ya en el tramo final de esta primera entrega. Un disparo de João Pedro (el mejor) que fue taponado por Cortijo y un remate de Fran Carbià bien intencionado que interceptó De la Calzada.
El 0-0 del intermedio era el reflejo de lo que había sucedido en el primer periodo: nada. Absolutamente nada.
Mejora la Balona
A la vuelta del vestidor y ya con el viento a favor la Balona empezó a hacer cositas. A ver, tampoco era un derroche de fútbol, pero al menos triangulaba y buscaba el marco contrario.
En el 60’ acarició el 0-1. Tras una buena parada de Ángel de la Calzada llegó un remate al fondo de la red que el árbitro invalidó por fuera de juego. Con la rebullasca de peloteros que había en metro y medio de campo queda algo más que la duda. Sabe Dios.
Ocho después Javi Moreno mandó salir a Jack Harper, que había cedido su puesto a un Dani Villa. El último fichaje de invierno se retiró con molestias en un hombro, pero, con independencia de ese problema sobrevenido, aún tiene mucho, pero mucho que demostrar.
Dos minutos, dos (casualidad) tardó el hispano-escocés en reivindicarse y en hacer bueno el cambio. Cosas. Le llegó el balón pegado a banda a una pila de metros del marco, avanzó una mijita y soltó un zurdazo que se coló por la escuadra como un auténtico obús. Un auténtico golazo.
La Balona ya tenía el partido donde lo quería. Al San Fernando, angustiado por las consecuencias clasificatorias de una derrota, le temblaban las piernas. Era el momento del 0-2 y vámonos que nos vamos. Y lo tuvo Fran Carbià. Pero apareció De la Calzada.
En el 78’ y con el partido tumbado hacia el marco local llegaron los tres cambios de marras. Seguro que en la cabeza del míster sonaban de maravilla. Pero dos después la defensa permitió que Cortijo peinase y después que Manny lanzase. O algo parecido, porque iba muy flojito. A Álex Lázaro se le debió nublar la razón y el balón se le coló entre el cuerpo y el brazo… 1-1.
La Balona entró en pánico, como si presagiase lo que estaba por venir. Y no habían transcurrido dos minutos cuando tras un saque de esquina el cuero quedaba muerto en el área pequeña y Moha Hamdoune remató contra su propia puerta con una potencia tremenda. Insólito. Solo el marroquí sabrá qué se le pasó por la cabeza.
No cabe hacer sangre, porque antes ha aportado no mucho, muchísimo. Pero tiene narices que dos de los jugadores más solventes de esta Balona metida a montaña rusa, Álex Lázaro y Moha Hamdoune, fueran, precisamente, los que pusieran la firma a una derrota tan dolorosa. El fútbol y sus renglones torcidos.
Después del 2-1 volvió a tenerla el equipo de La Línea. La pelota le llegó a Carlos León casi en el punto de penalti, pero disparo demasiado centrado e interceptó… Ángel de la Calzada. Está escrito que no hay peor cuña que la de la misma manera.
Ahora, con el mercado de invierno a punto de agotarse, solo queda mantener la calma y centrar el objetivo. Está bonito eso de soñar, pero lo primero va antes. Y en este momento, lo inmediato es lograr esos 44-45 puntos que dicen los entrenadores que dan la salvación. Y si puede ser más pronto que tarde, mejor para todos.
