La Balona arranca con un triunfo a pico y pala
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Los albinegros se imponen en La Unión en un partido indigesto, en el que tiran de oficio.
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Joao Pedro anota en en minuto 67′ único gol de los linenses, que apenas pasan apuros.
Reza el dicho que los objetivos se alcanza, precisamente, en los partidos ásperos. En esos en los que no se habla (ni se recuerda) de juego, sino de resultados. La Real Balompédica Linense aterrizó en Segunda Federación con una de esas victorias. Un triunfo a pico y pala en un duelo del que es casi imposible hacer otra valoración que no sea que fue malo hasta decir basta. Pero es que casi no podía ser de otra forma, porque se escenificó sobre un césped sintético hostil con todo lo que se parezca al fútbol y en medio de un fortísimo viento que no es que condicionase el juego, sino que lo dirigía. Paradojas del destino, Joao Pedro, el único futbolista del plantel linense que participó del descenso hace cien días, fue el autor del gol. El responsable máximo de esa primera piedra para un camino que, visto lo visto, se antoja mucho más tortuoso de lo que la mayoría imaginaba. Pero que siempre se afronta mejor con tres puntos en la talega.
El desembarco de la Balona en la Segunda RFEF tuvo mucho de bofetón de realidad. Cualquier parecido del Municipal de La Unión (Murcia) con Riazor, el Nuevo Arcángel o el Alfredo Di Stéfano por los que los albinegros se pasearon hace apenas unos meses es fruto de una infinita imaginación. Y ojo, que es un recinto más que digno para una población de 20.000 habitantes. La transmisión televisiva de Football Club justificaría de sobras que la plataforma devolviese el dinero abonado a los espectadores. Es un ejercicio de generosidad infinita no emplear adjetivo alguno para calificarla.
Pero bueno, al final cada uno está donde se lo ha ganado y el mérito del equipo que entrena Baldomero Hermoso Mere fue adaptarse a las circunstancias, tirar de oficio y sacar adelante este partido de su debut. Venció por saber estar, por galones. Por algún motivo extraño el guión invitaba a recordar al Balona-Alcorcón del arranque del curso pasado. Los visitante no hicieron nada para ganar, como se dice en el argot. Pero lo consiguieron. Y unos pocos meses después acabaron ascendiendo. Y los de casa descendidos.
El técnico portuense de los albinegros (que otra vez vistieron ese amarillo tan sospechoso como desagradable a la vista) utilizó un dibujo inesperado. Seguramente por la necesidad de adaptarse al hábitat del partido cambió el sistema que ha utilizado durante la mayor parte de la pretemporada, prescindió de los tres centrales y utilizó un 1-4-4-2 al uso, con Fran Carbià y Chema Moreno como hombres más adelantados. Excepto la ausencia, por esta causa, de Javi Fernández, el resto de los nombres no sorprendía a nadie.
Si los dos tiempos fueron de difícil digestión, el primero fue sencillamente horrible. Pelotazo va, pelotazo viene. Igual daba la sensación a ratos de que la Balona tenía más presencia en campo rival, pero es que eso no se traducía en gran cosa. Joao Pedro (la más clara en el 23′) y Santi Jara con un disparo lejano que atrapó sin apuros Chenu (que fue titular en lugar del exbalono De la Calzada) pusieron la firma a las únicas escaramuzas reseñables. Poco, muy poco para cuarenta y cinco interminables minutos.
La Unión Atlético es un equipo cogidito con alfileres, no hay que engañarse. Un recién ascendido en toda regla. Aguantó el envite de la primera parte a base de entrega, de amor propio. Porque mucho más tampoco es que tenga. Y claro, ese generoso desgaste tenía un peaje. El equipo de casa se fue apagando, quedándose sin baterías. Y los de La Línea demostraron entonces más conocimiento de la materia. Era como si hubiesen estado madurando el duelo. Dieron un pasito adelante y, sin que el fútbol dejase de ser indigesto, se empezaron a dejar ver por el área rival.
Javi Pérez (61′) y Fran Carbià (62′) empezaron a avisar de los balonos no se deban por contentos con la igualada y en el 67′ llegó el 0-1, obra de Joao Pedro. Una contra iniciada en una recuperación junto al área propia de Nani permitió al brasileño, que se lo curró en el área, anotar de fuerte disparo.
Curiosamente fue con el 0-1, cuando tenía más motivos para estar serena, cuando la Balompédica hizo las dos únicas concesiones atrás. Dicho sea de paso, de las que no se puede permitirse, porque otro rival con más diente las rentabiliza. Fran Núñez y Pitu Viera (71′ y 74′) cabecearon muy fácil dentro del área, pero sin puntería. En el 78′ Florián no llegó por centímetros a un centro que tenía muy mala uva.
Los despistes azuzaron a la Balona, que no se distrajo más y que hizo inútil las variantes ofensivas del rival, que incluso dio cabida al final al exalbinegro Belencoso.
. Triunfo feo, pero triunfo al fin y al cabo. Después de un verano tan agitado, la victoria, conseguida en un escenario de lo más inhóspito por muchas circunstancias es lo único que cuenta. Tiempo habrá para exigir otras cosas.